domingo, diciembre 31, 2006

CAPÍTULO 3 3ª parte

- Ya terminé con “su baño”.
- De acuerdo Simón, permítame que le tutee.
- Tráteme como le salga de los huevos.
- No entiendo tanta hostilidad, me pone usted de los nervios con su mala leche.
- Pues sí tiene poco aguante, prepárese para lo peor, con su profesión debería estar de vuelta de todo.
- Pero tal y como dijiste no eres mi paciente, es una relación entre tu y yo.
- Bueno entablille de una vez la pierna, tengo prisa.
- ¿Prisa? ¿De qué? ¿Tienes prisa por ir al bar a beber? No haces otra cosa.
- ¿A usted que cojones le importa lo que yo haga?
- Yo sigo manteniendo algunos valores, aunque no me crea.
- Acabáramos... el buen samaritano.
- No tanto, pero vamos digamos que intento que la vida sea como era. Para mí no era un mal modelo.
- ¡Tenga cuidado mal nacido! No apriete tanto eso.
- Debe estar bien apretado, lo siento.
- ¿De verás cree qué el modelo ha cambiado? No me haga reír.
- Yo creo que ha cambiado y mucho.
- No sea estúpido, ¡No ha cambiado nada! Como siempre las cosas se hacen por miedo, antes por temor al después de la vida, ahora por temor a una energúmena y a su gentuza. ¿Qué diferencia hay? El caso es que se sigue actuando no por convicción de que una cosa esté bien o mal hecha.
- Al menos las muertes han parado por aquí.
- ¿Eso cree? Las muertes descontroladas se han detenido, las “autorizadas” no. No veo mucha diferencia.
- Está bien, al menos tienen una autoridad.
- Eso si es de risa, ¿A eso le llama autoridad?
- Es lo que hay, autoridad buena o mala, pero autoridad. Si como dicen esa mujer es solo una desequilibrada, no entiendo como puede tener subyugada a toda la población y lo que es aun más extraño, que se haya creado una fama fuera de las lindes de este pueblo.
- Es fácil de entender, toda la culpa es de ese diario...
- ¿Diario? ¿De qué me habla?
- ¡Ah! ¿No lo sabe?
- Pues no, es nuevo esto del diario.
- Carmen posee el diario del cura, lo encontró junto a su cuerpo. En ese libro el cura debió escribir toda una serie de reflexiones en torno a la nueva situación. ¿De dónde cree que esa tipeja ha sacado toda esa verborrea moral? No dudo del poder de asimilación y compresión de Carmen, pero estoy seguro que no tiene la capacidad mental suficiente para racionalizar así las cosas ¡Mas sobre estos temas!
- ¿Usted lo ha leído?
- No, no quiero.
- ¿Por qué? Gente como usted deberían ayudar a asentar la nueva civilización.
- No creo que se pueda crear nada con una base manchada de sangre.
- Pero usted no ha hecho nada malo.
- ¿Y usted que cojones sabe? No tiene ni puta idea de mí.
- Algo me dice que no hizo nada malo, será mi intuición.
- Se equivoca, si que hice algo malo, verdaderamente malo. No hice nada por evitar la muerte del cura, y con ella la de muchos más.
- ¿Esto le atormenta verdad?
- ¡Ya está bien de psicoanálisis! Terminé eso de una puta vez, que me largo.
Ahí esta la clave, por eso bebe, por eso se tortura, por eso es un hombre amargado, por eso está dispuesto a inmolarse estúpidamente. El mismo se ha condenado a sufrir por el pasado. Debo reconducir la conversación.
- ¡Maldito cabrón, me va a partir la pierna!
- Lo siento, pero ya está rota.
- ¿No puede ser más cuidadoso?
- Pues como le dije solo son algunos conocimientos en primeros auxilios, de cuando la mili.
- ¿Llegó a hacer la mili?
- Si por desgracia, perdí mucho el tiempo. ¿Usted?
- Claro, como no.
- Yo pase un año horrible, creí que no lo superaría.
- No era para tanto, la mili era como la vida, o sea un asco.
- Si pero nunca me enseñaron a callarme ante las injusticias, allí las había casi todos los días.
- Pero así es la vida, ¿No recuerda el dicho?
- ¿Qué dicho?
- Ese de que la mili es como una polla.
- Pues la verdad no.
- Pues eso, que la mili es como una polla, larga o corta según te toque, y también según te toque la mili como una polla, jode o no jode mucho, según sea tu suerte. Así son las pollas, así era la mili y así es la vida.
- Joder al final vas a ser todo un filósofo. Nunca había oído esa “hermosa” metáfora. Pero lo cierto es que tiene usted razón. ¿Entonces qué ha cambiado?
- ¿A qué se refiere?
- A eso, la vida le “jodió” aquel día del cura, y tu aunque sabes que la vida te puede “joder” en cualquier momento, pues no lo has superado bien.
- Hay casos y casos.
- Entonces no eres tan fuerte y duro como quieres aparentar, la vida te ha derrotado. Eres solo un desesperado más.
- No me joda más, termine de un puta vez.
- Dicen que a veces la mejor manera de superar las cosas es enfrentarse a ellas, hablando de ellas.
- Usted debe pensar que soy imbécil, le da vueltas a las cosas para llegar a donde usted quiere. Claro que soy fuerte, a ver dígame ¿Qué cojones quiere saber?
- Hablaba de un diario.
- ¿Conoce con detalle lo ocurrido el día del asesinato del cura?
- No estoy seguro, pero creo que sí.

viernes, diciembre 29, 2006

CAPÍTULO 3 2ª parte

- ¿Simón se encuentra bien? ¿Puedo hacer algo por usted?
- Si puede.
- ¿El qué?
- Irse a la mierda, por ejemplo
Si que tiene un buen despertar el tipo. Debo pensar algo, a ver Luis repasa lo que sabes, eso me decía Margara, “Luis tú lo sabes todo, así que hurga en tu mollera” tal vez su orgullo sea el punto débil. Trabajaré sobre eso.
- Le he preparado café.
- Por mi se puede meter su café en el culo.
- ¿Por qué está tan cabreado? ¿Acaso le jode que le ayuden?
- No estoy cabreado, estoy jodido que es muy diferente. Me duele la pierna, el estómago, la cabeza... y ¿Por qué no? Hasta el alma.
- Al menos déjeme entrar en el baño, para que examine su pierna...
- Es usted un plasta ¿Lo sabía?
- Eso decían casi todos mis pacientes, pero al final lo agradecían...
- ¿Acaso cree qué soy un puto paciente suyo? No me joda.
- No es eso, lo decía por lo de ayudar. De todas formas no sea necio, tengo conocimientos de medicina, puedo entablillar esa pierna.
- Esta bien, pase de una puta vez.
Ahí voy, todo es cuestión de paciencia. Yo la sigo manteniendo, eso me mantiene vivo, no como al resto del equipo.
- Menudo aspecto tiene, da miedo...
- ¿Qué pretende? ¿Ser simpático? ¿Gracioso? No me hace ni puta gracia.
- Debería darse un buen baño, las heridas deben desinfectarse, está hecho un desastre, y la resaca no ayuda en nada.
- Primero mire la pierna... no puedo con este dolor... ahora que si creen que me van a hacer callar, lo tienen claro esos mal nacidos.
- Bueno, bueno, bueno.... esta pierna definitivamente esta rota, hay que desinfectar la herida e inmovilizarla, debo pensar con qué... ¿Por qué es usted así?
- ¿Cómo?
- No sé, parece que todo le atormente, después de todo sigue vivo y lo mejor de todo puede seguir opinando ¿No?
- ¿De qué va? ¿Me quiere sicoanalizar? Opino porqué siempre lo hice.
- Pero se aprovecha de sus ventajas.
- ¿De qué habla?
- No se haga el digno, digamos que se aprovecha de su... ¿Situación aventajada con Carmen?
- ¿Es eso? Nada tiene que ver, es una cuestión de echarle redaños.
- ¿A quién pretende engañar? Si ella no lo quisiera vivo ya estaría muerto, al menos es magnánima con según que personas, no creo que sea tan malvada.
- Usted no tiene ni puta idea, ¿Cree de verás que si fuera otra persona yo no sería igual?
- La verdad si lo creo.
- Debería ir mas al fondo de la cuestión, en vez de otear la superficie del problema. Bueno ¿me entablilla de una puta vez la pierna?
- Sí, sí por supuesto. La cuestión es ¿Con qué? Creo que tendré que romper una de mis sillas.
- ¿Sus sillas? No me haga reír, no son suyas. Son de un desdichado más de este pueblo, un desdichado mas del mundo.
- Bueno sé que son “prestadas” Vamos a hacer una cosa, usted se da un buen baño mientras yo preparo las tablas, las vendas y lo demás. Probablemente en unos cuantos días no podrá limpiar bien la herida.
- De acuerdo. Tardaré poco en bañarme, no quiero abusar de “su baño”
- No me venga con sutiles ironías, sólo quiero ayudar.
- Ya.
Nunca se me dieron bien los trabajos manuales, ¿Romper una silla? ¿En que diablos pensaría al decir semejante estupidez? Si al menos estuviera Margara, ¡Cuánto te echo de menos cielo! A ella siempre se le dieron bien estas cosas, nunca nadie lo diría, con su aspecto frágil, pero que va, ella era una mujer fuerte, mental y físicamente, ¡Cuánto te echo de menos Margarita!. Ya queda menos para la entrevista, unas horas y tal vez pueda largarme de aquí, aunque la verdad no sé si quiero. Esto es lo más parecido a una vida normal. Aunque todo es extraño, esta casa que ahora es mía, gracias a la desventura de un pobre electricista del cual no sé ni su apellido, mi conciencia tampoco me permite indagar más sobre él, al menos de momento. Podría haber sido asesinado sobre esta misma cama, se me ponen los pelos de punta. Mi subconsciente suele fallar poco, sentí temor al llegar aquí, y lo cierto es que solo he encontrado personas amargadas y desesperadas como el enterrador o el propio Simón, solo quería hacer mi trabajo e irme rápido, ahora no sé lo que quiero, esto no está tan mal. A lo peor este pobre desgraciado no llega a mañana, la herida de la pierna tiene un aspecto horrible, habría que curarla en condiciones y aquí no tengo lo necesario. Hablaré con Carmen, le pediré medicinas para desinfectar esa herida. Bueno Luis deja de divagar, hay que romper esa puñetera silla antes de que termine en el baño.

miércoles, diciembre 27, 2006

CAPÍTULO 3 1ª parte

“EL SONDEADOR DE MENTES”

Ya llevo mas de una semana aquí, y aun no consigo comprender bien, sólo sé que cada día que pasa tengo más ganas de conocerla. Nadie habla bien de ella, sin embargo y al menos en apariencia la vida aquí parece normal. Como extraño eso, la normalidad.
Hoy es el gran día, creo que al fin la conoceré. Tal vez comience a entender el porqué de su éxito y pueda empezar con mi trabajo. ¿Quién sabe? A lo mejor termino agradeciendo este encargo y todo. De todas formas en mi ciudad la vida es insoportable, de hecho la vida ya no es vida. Todos están de aquí para allá, desconcertados por la inestabilidad y temerosos hasta de su propio vecino. El gran reto de vivir y encontrar el sentido a la vida ha desaparecido, la vida es simple ahora, sobrevivir en medio de la lucha fraticida en el entorno más hostil.
La tranquilidad, lo cotidiano, lo sencillo son palabras antaño que me aburrían, ahora hasta esto de afeitarme es un placer, cuanto llegué a odiar esta rutina necesaria. Siempre discutiendo con Margarita por esta, en otro tiempo tortura matinal. Parece que la siento apartando su rostro del mío al raspar sus rosaditas mejillas con mi barba de cuatro días, siempre me lo decía “Aféitate Luis, que picas” lo qué daría por volver a escuchar esa frasecilla una vez más. Eso se terminó. Lo que molaba era lo singular, lo raro. Qué estúpido fui.
¿Qué edad tendrá? No creo que más de cincuenta, pero por su apariencia diría que más de sesenta. Este hombre está sufriendo, ni los no creyentes se libran del descoloque mundial, supongo que es como si les hubieran quitado parte del aliciente en su vida, han dejado de ser los rebeldes y singulares, ahora son como los demás y encima ya no tienen ni una sola duda sobre su destino. Ya se está despertando, aun quedan unas cuantas horas para mi gran cita. Prepararé algo para desayunar.
Qué asco da el tío, lleva mas de media hora ahí metido vomitando, parece que el allien es grande y no quiera salir, es nauseabundo. He de estudiar una estrategia, “sonsacar información sin levantar sospechas” esas son las directrices. El enterrador no era un palurdo, es de esos tipos no instruidos pero que te enseñan latín si te descuidas. Ya está otra vez vomitando.
Estamos de nuevo en pañales, miles de años investigando y estudiándonos para nada. Nadie tiene nada claro, ni siquiera los que están intentando marcar la pauta. Nos falta información, casi toda y por eso estamos perdidos. Yo era de esos que aman cualquier aparato capaz de almacenar o proporcionar información, móvil, internet, televisión digital... todo me resultaba escaso, a Margarita siempre le produjo una especie de repelus la electrónica, que graciosa se ponía cuando le daban ataques de celos por la tecnología, “¿Luis, el portátil o yo?” Cuando se ponía irónica era realmente divertida, cuánto la echo de menos. No saben lo que tienen, esta leche esta riquísima, en la ciudad solo queda en polvo y rancia.

lunes, diciembre 18, 2006

CAPÍTULO 2 6ª parte

- ¡Hombre si ya han llegado los insignes secuaces de esa zorra! ¿Qué habéis venido a hacer aquí? ¿Quién se ha desmadrado ahora?
- ¡Calla borracho, sino quieres acompañarnos!
- ¡Podéis tocarme todos los cojones, pandilla de jilipoyas!
- ¡Simón te la estás jugando!
- ¿De qué demonios hablas? ¿Con quién? ¿Contigo? ¡No me hagas reír! ¡Parecéis soldaditos de plomo del Vaticano con esas pintillas que os ha puesto la ramera esa! ¿Queréis un poco de cerveza? ¿O es qué también os está prohibido beber?
- ¡Te voy a cortar el cuello como un cerdo, sino te callas ahora mismo!
- Eso, eso si qué lo sabéis hacer bien! No sois nada más que una pandilla de asesinos ¡He dicho que bebáis conmigo, hostias!
-¡Ya las has cagado mamón! ¡Te voy a....
- ¡Para desgraciado, Carmen nos machacaría si le matamos!
- ¿Lo veis? Solo sois unos pobres desgraciados a su servicio ¡Qué bebáis conmigo joder!
- Será hijo puta...
- ¡Ya me he cansado!, meterle una buena somanta de ostias, así se le pasará la borrachera. Luego lo echáis a la fuente... no os paséis ...¿Y vosotros que ostias miráis?
.........
-¡Ahhg, como me duele todo!
- Es normal, esos animales le han golpeado con saña.
- ¿Dónde estoy? Esto no me es familiar ¡Mi pierna, creo que me han roto el fémur!
- Está en la antigua casa de Manuel el electricista, ahora vivo yo aquí.
- ¿Y usted quién es? No me diga que es uno de esos buitres de la ciudad.
- De la ciudad si, pero lo de buitre lo podríamos discutir, creo que puedo ayudar.
- Dios mi pierna, es como si me clavaran agujas en ella. Buitres e imbéciles buscando en el pueblo eso que dicen “la verdad”
- Mas o menos, pero no se esfuerce, ahora debe descansar...
- ¡Déjeme en paz! Preocúpese por usted ¿Por qué me ha recogido? Esto no le traerá nada más que problemas.
- Bueno, en la plaza nadie hizo nada por usted, me dio verdadera pena verle en este estado. Además para ser sinceros, creo que usted tiene respuestas a algunas preguntas que no he dejado de hacerme desde que llegué aquí.
- ¡Acabáramos! Ya me extrañaba encontrar a alguien piadoso en estos tiempos, usted como todos tiene sus intereses.
- En cierto modo sí, como todo el mundo.
- No sé qué hacen aquí, han llegado al sitio equivocado en la época equivocada.
- Tal vez, necesito que me hable de Carmen, debo saber más de esa mujer, eso es todo.
- ¿De Carmen? Yo no hablo de esos temas, no me interesa ni en lo más mínimo.
- No le creo, en la tasca nadie lo diría.
- Me gusta meterme con esos imbéciles, eso es todo. ¿Me puede dar un poco de agua? Llevo una resaca de mil demonios.

martes, diciembre 12, 2006

CAPÍTULO 2 5ª Parte

- ¿Cómo es qué se lo permitieron?
- ¡Usted aun no la conoce! Cuando la conozca ya me lo contará. Ella se llama así misma “La Guía del pueblo” con mayúsculas, ¡Ya sabe! como escribíamos la palabra “Dios” cuando aun se podía escribir. Ya me dirá usted si no le parece un desvarío. Ya le digo que no se qué ocurrió exactamente en la casa del cura, los que nos quedamos por aquí andábamos nerviosísimos, con una angustia en el cuerpo que no nos podíamos ni tener en pie. Era como si todos supieramos lo que iba a pasar después.
- ¿Qué es lo qué pasó después?
- El pueblo durante aproximadamente tres horas parecía el camposanto, en medio de un silencio estremecedor, y no porque la gente estuviera dormida, sino porque estaban cagadas del miedo, medio escondidos por aquí y allá, ¿Usted sabe no? Sobre todo las mujeres, y no les faltaban motivos. De repente dos disparos rompieron el silencio... y a continuación... casi no puedo ni recordarlo, aun se me pone la carne de gallina. Este pueblo entró como en una locura colectiva.
- ¡Tampoco sería para tanto!
- ¡No me toque los cojones, usted es de fuera y ya le digo que no tiene ni puta idea de nada!. Carmen no hizo mas que empezar, su venganza personal hacia la mayoría del pueblo no hizo sino empezar, muchas personas buenas como ya le he dicho ¿Sabe no? Se llegó a la plaza acompañada de la peor jauría del pueblo. Calculo que irían unos treinta, todos cegados aparentemente por lo que llamaron “el día de la libertad moral”, pero en realidad guiados por sus mas ancestrales rencillas, deseos inmundos y envidias ruines. Ellos empezaron el lío, pero luego ese delirio comunitario tocó a casi todo el mundo de algún modo. Usted verá, ahora ya sabemos algo, pero como desde el día de las revelaciones en la tele sólo se ven rayujas, el teléfono se corto hace siglos y en la radio solo se escucha ese inquietante zumbido, nos dio por pensar a casi todos que el día del fin del mundo había llegado, o algo así ¿Usted sabe no? Así que muchos que en teoría eran gente legal, dieron rienda suelta a sus deseos mas escondidos.
- Algo parecido está aun sucediendo en la ciudad, no es diferente.
- Si lo es, tenga en cuenta que aquí nos conocemos todos de siempre, con todo lo malo y lo bueno que eso trae. Todo es mas malo y mas bueno por esa razón, ¿Sabe no? ¿No se si me entiende? Pero vamos que para mi que la gran culpable de todo el desmadre fue Carmen, ella fue la principal inductora a... como ella misma lo llamó “Deshinivición moral” que aun no sé exactamente lo que quiere decir, pero que desde luego sólo trajo consecuencias horrorosas para el pueblo. A una palabra de esa furcia sus perros actuaban fielmente... ¡fue un desastre!... “¡Ovidio! ¿Qué es lo que siempre has deseado hacer?” mientras se reía enloquecida... “¡Ovidio siempre jadeabas el nombre de alguien cuando te lo hacías conmigo! ¿Quién era Ovidio? ¡Corre y házselo como me lo hacías a mí, maldito!” Y así ese animal corrió como un poseso en busca de Doña Luisa, una pobre solterona que rozaba ya la jubilación, ella fue de las que no resistió y al día siguiente apareció muerta, al parecer se suicidó aspirando gas.
- Más o menos así fue en la ciudad...
- ¡Qué no ostias! Que le digo que aquí todo fue peor, esa gente era como mi familia, ¿No lo entiende? La locura continuo toda la noche, Carmen se agitaba en medio de la plaza, bailando y cantando mientras iba de aquí para allá, aquello era semejante a las antiguas películas de aquellarres de brujas “¡Ernesto! ¿Qué me dijiste qué le harías al malnacido que te embargó la casa? ¡Hazlo imbécil ¡Ya nadie te lo impide!” A Don Pedro el gestor, Ernesto le cortó las pelotas por algo que había ocurrido hacía quinces años ¿Usted sabe no? Y así muchos mas casos por todo el pueblo, no puedo seguir hablándole de aquella noche... se produjo una especie de batalla campal, la locura se extendió por cada esquina del pueblo, mucha de la gente que aun permanecía en sus casas salió a la calle y se unió a ese disparate. De la Plaza saltó a la Plaza Mayor y de allí a la Plaza de la Fuente y así sucesivamente ¿Sabe no? Robos, violaciones, asesinatos, casas quemadas... un total de ochenta y tres muertos, más de cien heridos por no contar con las pérdidas materiales. Aun sigo enterrando gente muerta de aquel día, no he hecho otra cosa desde aquel entonces ¿Sabe no?
- ¡Así es el género humano señor...
- ¡No! Eso es lo peor de todo, yo creía que la gente era buena, la gente en general, pero ese día me caí de golpe del guindo, somos peor que las alimañas, ruines, malvados, crueles, bestias...
- Al menos... a usted no le pasó nada por lo que veo...
- ¡Pues no! Ni me hicieron ni hice. Jamás he tenido nada con nadie ¿Sabe? Nunca me he metido en la vida de los demás, sólo en la muerte. Mi única relación es la meramente profesional, me he limitado siempre a echarles tierra encima según iban muriendo, desde hace muchos años ¿Sabe no? Además no tengo nada que la gente pueda querer, mi mujer murió, hará en febrero tres años, mis dos hijas viven la ciudad, soy mas bien pobre y para colmo mi trabajo ¡Ya sabe! A nadie le atrae demasiado ¿Qué quiere que le diga? ¿Quién iba a odiarme en este pueblacho? Sino fuera por las defunciones no sabrían ni que existo ¿Sabe? Aparte de que yo tampoco he ansiado jamás lo de los demás, sigo viviendo de la misma manera que antes de las revelaciones y mi único objetivo es, hace muchos años, largarme de aquí. Sólo me faltaban unos años para jubilarme ¡Me cago en todo!
- ¡Después de todo ha tenido suerte! Se podrá marchar de aquí
- ¿Suerte? ¡Suerte dice el tio este! ¿Cómo me marcho yo a la ciudad ahora? Mis ahorros estaban en la Caja de ahorros del pueblo, la quemaron los muy desgraciados y con ella al propietario; nunca tuve coche, por aquí no pasa un autobús desde hace meses, y lo que es peor, esa mala bicha no deja marchar a la gente así como así. ¿Sabe? ¡Así que tengo la suerte del enano que fue a cagar y se cagó en la mano!
- Al menos tienen autoridad aquí, todos los de fuera hemos venido buscando tranquilidad, ¡Usted si que no sabe como están las cosas en el resto del mundo!
- Me lo puedo imaginar, no se quien manda ahora en el planeta, pero lo que es seguro es que no les guía una prostituta medio tarada ¿Sabe no?
- Ya le digo que aquí al menos les guía una prostituta, en muchos lugares siguen como aquí, antes del asesinato del párroco...
- ¡Usted no lo entiende! ¡Ya se dará cuenta, lo malo del asunto no es que sea una antigua furcia o lo deje de ser, lo verdaderamente malo es la especie de ley marcial que ha instaurado en el pueblo, ella lo llama “Estado de contención moral”... ¡Bueno, está bien de hablar por hoy! Ahí llegan dos de sus perros y charlar libremente sobre todo esto está muy penado. Si quiere hablar con alguien de esto, hágalo con Simón el ateo, ese no deja de criticar el nuevo estado, ¡Hasta el día que le corten la lengua o algo peor! ¡Ah por cierto! ¿Usted a qué se dedicaba?
- Era psicólogo en la ciudad.
- ¡Madre mía! ¡Lárguese cuanto antes de aquí!

martes, octubre 10, 2006

CAPÍTULO 2, 4ª Parte

- ¿Por qué? Desde entonces ha llegado mucha gente aquí...
- ¿Y qué coño tiene que ver? A partir de esa noche las cosas no cambiaron a mejor, sino a peor ¿Sabe lo qué hubo aquí mismo esa tarde? ¡Usted no tiene ni idea de lo que pasó! Esta mierda de tasca estaba repleta de gente ¡Ya sabe! se había corrido la voz de lo del asesinato de Juan y el morbo se desató. Llegaron Carmen, Simón, Ovidio, Tomás y el pobre de Don Antonio, ellos fueron quienes habían descubierto el marrón el día anterior. Había que decidir que se hacía. Carmen, Ovidio y Tomás lo tenían todo muy claro, llegaron dando gritos y metiéndole caña al resto del pueblo ¡Ya sabe cizañeando! querían ajusticiarle esa misma noche a toda costa. Aun recuerdo a Carmen subida en ese mostrador como a una perra enrabietada, empuñando en una mano una pistola y en otra un enorme cuchillo de cocina "¡A ese cabrón hay que matarle como una alimaña, solo nos ha traído desgracia al pueblo!" decía una y otra vez sin dejar de agitar los brazos.
- Pero usted dijo que el cura hizo cosas buenas por el pueblo ¿No?
- Así es, ella hablaba en su nombre, yo creo que ni siquiera le importaba un carajo lo de Juan. Esa noche murió mucha gente buena. Don Antonio, que tendría sus cosillas pero era un hombre justo, se negaba a darle muerte sin un juicio justo. Luego estaba Simón "el ateo" que siempre criticó al cura pero que tampoco veía claro lo de matarle así como a un perro, el se libró porque no quiso saber nada sobre el asunto y se marchó diciendo con mucha sorna "Yo me lavo las manos como Poncio Pilatos" desde entonces no ha levantado cabeza.
- Por lo que veo al final fue Carmen quien convenció al resto.
- ¿Convencer? Si usted lo quiere llamar así. Don Antonio que nunca perdió la cordura y el sentido de responsabilidad pedía con desesperación tranquilidad, sostenía la idea de arrestarle y aguardar a que las cosas se calmaran, y luego intentar comunicar con la justicia para darle un juicio justo, pero nada de nada, solo unos pocos le hicimos caso.
- Lo cierto es que esperar a la actuación de la justicia es algo complicado.
- ¿Por que?
- Se está cuestionando la justicia en todo el planeta, tal y como la conocíamos.
- Joder, es usted muy alentador.
- ¿Qué pasó después?
- ¿Qué que paso? ¿Pues que iba a pasar? La dura conversación se volvió en áspera discusión y al final pues en una tremenda pelea ¡Ya sabe como son estas cosas! uno se enciende y no sabe dónde puede terminar. El asunto terminó muy malamente, insultos, maldiciones ¡En menos de una hora salieron los trapos sucios de unos y de otros! Pero de verdad lo que colmó la paciencia de Don Antonio fueron las palabras que esa zorra le dedicó, ella siempre supo como hacer daño: "Qué pretendes demostrar jodido cornudo? ¿Qué sigues siendo el que manda en este pueblo? Tú lo único que eres es un maldito cobarde, que dejaste marchar a tu queridita esposita con el cartero ¡Ese si sabía meterla y no tú, so cornudo! ¡Lárgate de aquí si no quieres correr la misma suerte que la del cabrón del cura!" le dijo.
- No me extraña que Antonio se enfadara...
- Pues si, a Don Antonio era difícil hacerle perder la paciencia, pero en aquel mismo instante le saltó al cuello a puerca. No sabe la que se armó, parecía un jabalí herido. Al pobre no le dio tiempo a nada más, él la agarraba por el cuello, quería ahogarla, pero lo dicho, no le dio tiempo a más.
- ¿Le mató?
- Claro, sonaron tres secos disparos, tres tiros que le dejaron seco, ahí mismo donde está usted ahora, cayó como un fardo de patatas.
- Pobre hombre, sólo intentaba mantener la calma...
- Esa noche todo el mundo la perdió, después de los disparos todos quedamos paralizados ¿Usted ha visto matar a alguien?
- Por desgracia sí.
- Es como si todo se parara a tu alrededor, silencio y un hombre que cae lentamente al suelo. Pero ¿Sabe? lo peor de todo es que nadie hizo nada, en este pueblacho todos son un atajo de cobardes. Ella fue muy clara "¿Alguien más es amigo del cura? ¡Porque me cargo a quien haga falta!" Ninguno tuvimos huevos a arrebatarle el gustazo de cumplir con su venganza. Ya sin alguacil, sin alcalde, sin leyes, ni moral, y lo peor de todo, y sin rumbo y con casi todos estos paletos de su parte ¿Sabe no? Allí se fue con Tomás y Ovidio, que son como sus perros falderos desde que volvió de la ciudad.
- Si pero tengo entendido que ella es la autoridad ahora en el pueblo ¿No es así?
- Desde luego que lo es, vaya que si lo es. Está más loca que nunca ¡Aquí ya no hay quien viva! Día si y día no tenemos un nuevo sobresalto, cada vez es peor.

lunes, octubre 09, 2006

CAPÍTULO 2, 3ª Parte

- Qué rico está este café, luego no dormiré pero que le den por el saco, total no iba a poder sobar de todos modos.
- ¿Desvelado?
- Si, hace tiempo que no duermo bien, desde antes, desde mucho antes...
- ¿Y qué hizo la pobre de Carmen?
- ¿Pobre? Eso si ha tenido gracia, bueno tal vez en aquella época si era una pobre desgraciada ¡Qué carajo ahora que lo pienso lo ha sido toda su vida!

- ¡Zacarías me cago en tu puta madre! O te callas, o bajas la puñetera voz o te vas a tu casa. Si sigues así les llamo...
- ¡Vale, vale! Que ya bajo la voz.

- ¿A quién llamará?
- A eso que llaman autoridad.
- ¿Autoridad?
- Si joder, autoridad, ya sabe, a los perros de Carmen. Haber ¿Por dónde íbamos?
- ¿... qué perros? Íbamos en que el cura la vilipendiaba en público.
- ¿Vilipendiaba? Joder que raro habla usted, pues si la Vi-li-pen-dia-ba siempre que podía, yo para mí que para el cura era una cuestión de fijación ¿Sabe? Como que había algo personal, era como una manía persecutoria. Yo así y en bajito le digo que ese santurrón la deseaba también.
- ¿Tan atractiva es?
- ¿Atractiva? ¡No hombre! Ya no, pero en su tiempo, como le dije antes, era un pedazo de bombón. Eso le facilitó las cosas.
- ¿En qué sentido?
- ¿En cual va a ser? Esa historia de un aborto de una jovencita en un maldito pueblucho no podía terminar de otra forma ¡Ya sabe, la típica historia de una puta por obligación!
- ¡Por favor!¡Baje la voz Zacarías!

- Zacarías me cago en tu sombra, te la estas ganando, a la próxima les llamo.
- ¡Venga joder no te pongas así! ¡Solo charlamos!

- Entonces ¿Empezó a ejercer aquí la prostitución?
- No hombre, en aquella época no tenía ni donde caerse muerta. Sus padres la repudiaron y el resto del pueblo volvía la cara cuando ella pasaba ¿Sabe no? El vacío, el pueblo entero le hizo el vacío. Yo soy de su quinta y más por miedo a nuestras madres y hermanas que a otra cosa, ni yo ni el resto de los mozos pudimos nunca intentar cortejarla ¡Ya sabe! En este pueblucho somos todos unos cobardes... escúcheme bien ¡Unos cobardes! Así que se tuvo que marchar de aquí, con una mano delante y otra detrás, sin mas oficio ni beneficio que el que le pudiera reportar su precioso físico, y así se metió a puta.
- Esa historia se ha repetido mil veces, pero al final ella volvió al pueblo ¿No?
- ¿Qué si volvió? ¡Vaya que si volvió! Al cabo de unos diez años, justo al morir sus padres. Ella no tuvo hermanos y heredó la vieja casona del molino ¿Sabe? La de sus padres. Y allí se instaló a cubrir un trabajo que siempre estuvo vacante en este pueblucho, al menos desempeñado oficialmente; se instaló como la puta oficial de este pueblucho y así hasta el día de las revelaciones.
- ¿No decía usted qué estaba muy mal vista?
- ¡Y se lo sigo diciendo! Ella siempre ha sido la comidilla de todas las mujeres de por aquí, en aquel entonces y tal como ahora “el qué dirán” le patinaba y salió adelante. Nosotros que ya no éramos mozos, la empezamos a visitar.
- ¿Todos?
- Pues no sé, no creo que hubiera un censo... ¿Qué cosas tiene usted? Pues sino todos, casi todos. Los unos porque sus mujeres no tenían ni idea ¡Ya sabe! Es qué aquí no llegaron las modernidades de la ciudad y todo eso; y los otros... porque ¿Qué quiere que le diga? Carmen siempre fue la más macizona de aquí, y aunque algo desmejorada por su vida en la ciudad, muchos aunque fuera pagando estuvimos dispuestos a “probarla” ¿Usted sabe no? El maldito morbo de la espinita clavada. Y ya le digo señor que valía la pena discutir con la señora de uno, con las hijas o con la mismísima suegra de uno por tenerla un ratito. Todo eso se terminó.
- ¿Sería todo un escándalo?
- Ya le digo, siempre metida en líos. El cura que siempre siguió ¿Cómo dijo? ¿Vilipendándola?
- Vilipendiándola.
-Pues eso, que la siguió hostigando durante toda la vida, siempre tuvo unas palabrejas de escarnio hacia ella. Y todo eso dividió aun más al pueblo. Es por todo esto que ella siempre decía eso de “¡Santo clero cabrón!” Yo creo que Carmen perdió el juicio el mismo día que abortó esa criatura. Porque aunque el curilla fue siempre muy intransigente con cuestiones de conducta, por otro lado hizo cosas buenísimas en el pueblo ¡Ya sabe! Las escuelas nuevas, la cooperativa de la explotación del aceite y otras muchas que ya no vienen al caso.
- ¿Fue ella quién lo hizo? ¿No?
- Ya se lo dije antes ¡Sí! Fue ella quien apretó el gatillo y luego le rebanó la cabeza. Pero la mayoría de este pueblo desagradecido estaba allí haciéndole los coros a esa puta. ¡Ya sabe! Le acompañaron unos cuantos de por aquí, aquel veintisiete de mayo no solo fue asesinado el cura, ¡No se lo puede usted ni imaginar! Ese día el pueblo entero perdió el poco juicio que le quedaba.

domingo, octubre 08, 2006

CAPÍTULO 2, 2ª PARTE

- Aquí están los cafés…
- Gracias, pronto no podremos ni tomar un café en este pueblucho.
- No diga eso hombre, la situación se está estabilizado.
- Nada que ver señor, pronto llegarán las restricciones, las cartillas de racionamiento…
- Bueno de momento por aquí hay de todo, pero por favor sigamos por donde estábamos, me decía que Carmen odiaba al cura ¿No?
- ¿Qué si lo odiaba? Creo que el odio se queda corto, para explicar lo que sentía hacia el. Oiga pero ¿Porqué demonios tiene usted tanta curiosidad?
- Dejémoslo en que estoy interesado en el comportamiento humano.
- ¿No será usted de la bofia?
- Ya no hay bofia operativa en la ciudad, al menos no como operaba antes…
- O del gobierno…
- Tampoco hay un gobierno tal y como antes era.
- ¿Entonces?
- Ahora estábamos hablando de lo que pasó aquí, si quiere luego le cuento como están las cosas allá.
- Pues eso, que la cosa arranca de mucho antes, según ella misma el cura le había arruinado la vida, esa mujer tuvo muy mala suerte siempre, toda su vida fue una perdedora.
- ¿Qué pasó entonces?
- ¿Qué que pasó? Siendo muy joven cuando Carmen aun era la más guapa del pueblo, daba gusto verla caminar por la calle Real, con ese paso garboso que tienen esas mujeres que saben que están buenísimas, ¿Usted sabe no? Entonces llegó ese desgraciado.
- ¿El cura?
- ¡No hombre! El cura dice el tío, no que va. Un tal… ¿Cómo se llamaba? Alfredo.
- ¿Alfredo? ¿Qué Alfredo?
- Alfredo un capitán de la antigua base militar. Un tío guapo, alto, educado, inteligente y sobre todo un pedazo de cabronazo ¿Usted sabe? Pues eso que el señorito de la ciudad se encapricho de la muchacha guapa, o sea de Carmen.
- ¿Y?
- Pues como no podía ser de otra forma, el tío aquel que era de ciudad, curtido en mil batallas amorosas y ella que era una pobre infeliz recién salida del cascarón pues se liaron, mejor dicho el se lió con ella y ella se enamoró del tipo este.
- Hasta ahora parece una historia de amor como mil mas…
- ¿Historia de amor? No hombre, para ella hasta el final lo fue, para el ella solo era un polvo con patas. ¿Sabe no? Ya sabe solo la quería para las cosas del joder. El caso es que el desgraciado tenía mujer e hijos en la ciudad, y al final pues pasó lo que tenía que pasar.
- ¿Dejó a su mujer?
- ¿Dejar? Si claro, el tipo dejo a alguien pero no a su mujer, dejo a la pobre Carmen, eso si la dejo de regalito un bebe en sus entrañas y mas tirada que a una perra preñada.
- Bueno esas cosas a veces pasan…
- ¡Si señor! Pero no en este pueblucho. El cura que cuando quería tenía muy mala leche, se dedicó a echar sapos y culebras por la boca, en cada homilía la misma cantinela, le puso en contra a todas las beatas del pueblo ¿Sabe no? Pero la cosa no quedo ahí.
- ¿Ah no?
- Pues no, Carmen era muy echada para adelante, y no se le ocurrió otra cosa que marcharse a la ciudad a abortar. No se si por la presión popular o porqué, el caso es que lo hizo y cuando regresó pues se puede imaginar, lo mas cariñoso que el cura le dedicó fue un “pobre asesina inconsciente”
- Ya, ya voy entendiendo.

viernes, octubre 06, 2006

CAPÍTULO 2, 1ª parte.

"LA MUJER DE MALA VIDA"

- Hace más de dos meses que Carmen se cargó al cura, o al menos eso se cree, porque el hombre estaba durmiendo y aquello no parecía un ser humano, su cuerpo estaba amarillento y frío, para mi que el pobre diablo ya las había “espichao” víctima del hambre, o de alguna enfermedad. Créame, del párroco quedaba más bien poco cuando ellos llegaron, ¡Yo nunca fallo en estos casos! Ese hombre tenía la nariz afiladísima y las órbitas de los ojos hundidas y violáceas, ¡Ya sabe! Así como se quedan los difuntos cuando estiran la pata.
- ¿Cómo ocurrió?
- ¿Qué cómo ocurrió?, ¡Hombre pues que a ese cabrito no se le ocurrió nada mejor que hacer que matar al pobre Juan! ¡joder es que había sido su propio monaguillo!. En este desgraciado pueblo de todas formas, había muchas ganas de liquidarle, ¡Ya sabe! Después de todas las revelaciones, aquí como imagino en el resto de este maldito planeta se organizó una caza de brujas y murió mucha gente. El cura tenía todas las papeletas, se le echaba la culpa de todo ¿Usted sabe no?
- En realidad no se mucho de lo que pasó aquí, pero me hago cargo.
- ¡Pues eso, que para colmo va y se carga a Juan! Había gente de por aquí, que de poder ya lo habría hecho mucho tiempo atrás, ¡Ya sabe! ¡Es que este tio no se callaba ni una!...

- ¡Zacarías podrías dejar de hablar de eso por favor!
- Déjame en paz, hablo bajito y ya está, tranquilízate joder.
- No, es que no quiero más problemas en el bar y lo sabes.

- Mejor será dejar de hablar sobre el tema.
- Sólo una cosa más, ¿A qué se refería con lo de no callar?
- ¡Ya sabe! El cura era de esos que en sus homilías ponen a parir a quién se desmanda del rebaño. Carmen “la prostituta” ¡Ya sabe! Porque así es como se la conocía en este pueblo, estaba entre esa gente criticada por el cura.
- ¿Por ejercer la prostitución?
- No, bueno si, bueno la realidad es que arranca mucho antes de empezar a ser puta. Pero este tema es delicado de hablarlo ahora… ande pida un par de cafés más y vayamos a esa mesa, el mío muy cargado.
- Ah claro, déme un minuto.

jueves, octubre 05, 2006

CAPÍTULO 1, QUINTO DÍA (fin cap.1)

27 de mayo del año O,
La convivencia entre los hombres corre un gran peligro, después de los cambios todos y cada uno hemos pasado a adquirir un, más que nunca marcado rol, todo se resume en víctimas y ejecutores. La venganza como último fin, inmersa en la irracionalidad manifiesta de los hombres y que durante miles de años ha estado maniatada por la moral de las diferentes religiones. Llegados a este punto de nuestra evolución soy consciente de manera cierta e inequívoca de la plena animalidad del hombre. Como en tantas otros aspectos sociológicos estuve confundido, confiando en el intelecto humano me convencí de nuestra privilegiada situación respecto al resto de especies. Todos pensamos que nuestra prodigiosa inteligencia era el sostén de nuestra supremacía en el planeta, el motivo de nuestro superdesarrollo. Ahora percibo nuestro fracaso fruto de la compulsiva inquietud intelectual humana, todo hubiera sido mejor sino hubiéramos bajado de los árboles.
Llevo más de cuatro días encerrado en mi cuarto, avergonzado y temeroso de mis propios parroquianos, tres conatos de suicidio y desquiciado por la aplastante realidad nada tiene sentido ya para mí. Me siento incapaz de guiarles como lo había hecho hasta ahora, no se exactamente porque no me he podido quitar la vida aún, quizá sea mi creencia cristiana en la vida por encima de todo, tal vez el propio instinto de conservación animal o simplemente mi cobardía, no puedo discernir.
Simplemente espero a que algún buen cristiano de rienda suelta a su ira y termine con esto por mí, será lo más fácil.

miércoles, octubre 04, 2006

CAPÍTULO 1, CUARTO DÍA

26 de mayo del año 0. Los científicos no calcularon las consecuencias de sus investigaciones, o si lo hicieron no fueron previsores, se lo dijeron al mundo de repente, un domingo como cualquier otro. Aquél día nadie se atrevió a asistir a los oficios de las once, yo tampoco fui, permanecí horas llorando desconcertado, desorientado y sobre todo desconsolado, como tantos otros. En esta ocasión solo y desamparado, sumergido en un mar de dudas, balbuceando su nombre más por hábito que por una cuestión de fe, rogándole que todo fuera una pesadilla, una horrible pesadilla. El ya no está con nosotros porque nunca existió, ¿Cómo decírselo a mis feligreses?, ¿Cómo explicar que todo fue un error, que fue una gran equivocación? Toda mi vida tratando de "llevar por las sendas del señor" a esa pobre gente, convenciéndoles de una quimera. Únicamente los más prudentes y centrados sicológicamente podrán reciclar las enseñanzas de esos dioses creados por nosotros mismos, humanizándolas, aceptando los dogmas como la única solución a la compleja socialización del ser humano. Las divinidades caerán en el olvido mientras sus profetas deberán tomar el verdadero protagonismo, ellos fueron los guías de la civilización, los filósofos como Cristo o Mahoma determinaron el camino, delimitando la maldad y la bondad, su única equivocación fue influir en el destino de los hombres con el premio o el castigo, el reino de Dios o la privación del mismo. Casi todos lo creímos. Tal vez ellos mismo también se lo creyeron. Los hasta ahora incrédulos tendrán que tornarse como los nuevos profetas de una humanidad deshumanizada, filósofos ateos y agnósticos renombrados deberán tomar un lugar privilegiado aconsejando prudencia y serenidad, diciéndole al mundo que en verdad la sociedad nació y creció gracias a una mentira, pero que tal vez resultara ser la única vía de subsistencia y desarrollo.

Aaagh!, mi estomago ya no soporto el dolor, parece como si me estuvieran taladrando el intestino. Llevo todo el día defecando, no sé el que, pues hace varios días que no como y casi ni bebo agua... otra vez... no me va a dar tiempo ni a llegar a la taza de! water ¡Dios! Es nauseabundo, ¿qué es esto?, mi aparato digestivo no defeca, es como si orinara a presión un líquido sanguinolento y mal oliente, que se esparce por mi habitación, ambientando aún más si cabe, el escenario de una muerte segura.

Ahora se con toda certeza que moriré, si no son ellos o yo mismo, la disentería hará el trabajo sucio. He visto morir a mucha por este mal, durante mis años en las misiones vi muchas personas morir por ello, las violentas diarreas y la deshidratación pueden destrozar cualquier cuerpo. Aquellos años en los que era un joven dispuesto a cambiar el mundo, o al menos a ayudar en ese intento absurdo. Impetuoso y fuerte, en continua lucha contra la injusticia, pero como todos perdiéndola día a día, aun así me creí invencible. Sin darme cuenta de los verdaderos motivos cambie el mundo de la acción solidaria por esta micro sociedad, la pequeña parroquia, en mi mundo, en un civilizado mundo entre comillas. Creí que era del cansancio o pensé que con los años era tiempo de que otro joven impetuoso y fuerte tomara mi lugar, ahora sé que inconscientemente di la batalla por perdida, pues nunca hubo tal guerra. Nuestro mundo siempre fue injusto, desde el principio, a lo largo de todo el tiempo y el espacio el destino deparó diferentes suertes para unos y otros dependiendo de las épocas. La comodidad y el bienestar de algunos se asientan a la desgracia de otros muchos. La pregunta que muchos se hicieron ante su desgracia,"¿Por qué me ha tocado a mí?", ahora ya no queda más que otra pregunta "¿Y por qué no?".

Al fin Juan me esta haciendo el ultimo favor, resulta macabro pensar que su cuerpo en estado de descomposición avanzada está proporcionando el marco idóneo para que esta enfermedad se desarrolle rápidamente en mí. Espero que no dure demasiado, la habitación y toda la casa se me vienen en cima, llena de recuerdos, de los un día me sentí orgulloso y de los que ahora me avergüenzo, no hay mucho consuelo para el estafado, yo siempre actúe motivado por lo que creí que era justo, pobre imbécil. Llega alguien, tal vez se hayan decidido a terminar con todo esto, hoy no les dejaré marchar así como así.

- ¡Qué mal huele, esto es pestilente!, no preguntabas de donde venía este olor, ¡pues ahí lo tienes!
- ¿Tu qué te crees que no tengo olfato?, déjate de jilipoyeces y pregúntale de una puta vez.
- ¿Hay alguien, ahí? ¡Maldita sea no tenemos toda la noche, salga de una vez!

¿Que querrán estos desdichados? hoy solo han venido cinco, Ovidio, Tomás, Carmen la prostituta, Simón el ateo y Don Antonio, es toda una representación del pueblo.

- ¡Sabemos que Juan vino por aquí antes de ayer!, y no se le ha vuelto a ver por el pueblo.
- ¡¿Que ha hecho usted con él, mal nacido?!

Preguntan por Juan, el pobre Juan. ¡Otra vez no! mi estomago, que dolor.

- ¿Que ha sido ese grito Don Antonio?.
- No lo sé, pero desde luego era la voz del párroco. Se lo advierto, hasta ahora he conseguido mantener su vida a salvo, esta gente está buscando una sola excusa para matarle. Si usted no da la cara no le garantizo nada.

Esos desgraciados son tan cobardes como yo. Necesitan una excusa, yo se la daré...

- ¡Ahí tenéis la excusa malditos!, yo le maté. Llegó aquí en busca de respuestas y no se las di, solucioné su vida acabando con ella de un tiro en la boca, ¿Queréis algo más, o tenéis bastante?
- ¿Don Antonio qué es eso que ha tirado por la ventana?
- ¡Maldita sea! no lo se, pero iré a comprobarlo.

Lo siento Juan, tu ya no necesitas tu cabeza y a mi me hacía falta, esa pobre gente sería incapaz de acabar con esto si su cobardía no fuera por superada por el afán de venganza, con un poco de suerte esto les incentivará. Ahí va el hombre más responsable de de este pueblo, como siempre "a comprobar", casi me da la risa al imaginar su cara perpleja, no puedo se me ha olvidado como se ríe.

- ¡Santo Dios! ¡Es la cabeza de Juan! ¡El lo ha asesinado!.

¿A donde van?, corren despavoridos hacía los coches, gimen y gritan como críos. Más parecen unos locos acobardados que gente dispuesta a matar. Ni siquiera el propio Antonio conserva la cordura, tiene tanto o más miedo que los demás. Ya se van como alma que lleva el diablo, me he equivocado con ellos, lejos de provocar el instinto asesino los he amedrentado más. Tal vez mañana se decidan, ahora si mi estomago lo permite, dormiré.

martes, octubre 03, 2006

CAPITULO 1, TERCER DÍA

25 de mayo del año 0. Conscientes ahora del incorrecto enfoque de las religiones, el miedo a lo desconocido y la necesidad de creer en algo superior son recursos de fe impuestos a lo largo de la historia de una manera opresiva, ahora se vuelven contra nosotros porque ya no temen el futuro. La historia de la humanidad viene ligada a un continuo sacrificio en pos de la vanidad de muchos hombres que creyeron ser tocados por algo superior. Pueblos enteros sufrieron y murieron por nada, ahora se arrepienten de su propia historia, es doloroso asumir que se ha muerto y se ha matado durante siglos por una quimera. Llega el momento de romper radicalmente con la propia memoria histórica de tu nación, y así romper con la propia identidad. . Ya no hay vuelta atrás, situados en el punto cero de una civilización que quiere romper con lo anterior de la manera más rápida, también la más cruenta. Juzgan y culpan a Cristo, Ala, Yahvé y a todos los demás del devenir de nuestra historia. Tal vez fuera la única forma de sobrevivir a nuestra propia existencia.

Llevo más de veinte horas intentando asimilar lo que pasó ayer, y aun no puedo. Sus últimas palabras siguen martilleando mis oídos. - ¡No puedo odiarle! usted no me enseño... -¡Adiós padrecito!- El siempre se despedía así, esa frase se repite una y otra vez sin descanso. Fueron solo unos segundos, de repente; quizá pude hacer algo por él, no pude o no quise, no lo sé. Mientras se despedía iba levantando lentamente el arma, cesó de llorar, incluso esgrimió una sonrisa justo antes de hacer saltar sus sesos por toda la habitación.

Por un momento todos los músculos de mi cuerpo se relajaron, sentí un gran alivio, respiré rápida y profundamente, como si estuviera buscando algo de aire en mis pulmones, como si quisiera sentir plenamente la vida en mi último aliento, convencido de que esos eran mis últimos momentos de vida, luego un largo suspiro de calma que se entrecortó bruscamente al ver como casi mecánicamente, Juan se introducía el cañón de la pistola en su boca. Ese alivio se tornó en horror, al tiempo que el sonido seco del disparo se llevaba la vida de Juan. Una vida más.

No puedo dejar de mirar lo que queda de él, su cuerpo está aún ahí, bañado en sangre y trozos de masa cerebral, como el mió. Los primeros momentos de desconcierto e impotencia han dado paso al autoconvencimiento de la lógica de su muerte, el al fin y al cabo, buscaba lo mismo que yo, vino aquí buscando liberarse de su pasado, creyendo que vengándose y acabando con el símbolo vivo de su filosofía de vida le daría esa sensación de libertad. Se dio cuenta que una persona buena como el no conseguiría nada con esto, también fue consciente de manera plena de la gran losa que llevaba en sus espaldas, el peso de un modo de vida, del convencimiento de como sentir, de como vivir, de como ser y como estar en este planeta, fue consciente de que ya no hay sitio aquí para personas como el.

La expresión de su cara en los últimos momentos lo decía todo, una gran felicidad, sintió que estaba haciendo lo que debía por última vez, tal y como hizo toda su vida, yo también se que debo caminar en el mismo rumbo que el, la diferencia es que el tuvo el valor y la voluntad necesaria para hacerlo y yo no lo tengo.

Siempre prediqué sobre el suicidio como en la forma rápida de finiquitar los problemas, siempre dije que es un acto irreconciliable con la fe, que era un síntoma de cobardía y debilidad ante las dificultades que se nos presentan en el camino. Ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba. Tanto la existencia de Juan, la mía y la de otros muchos han dejado de tener un sentido real, porque todo se nos ha venido abajo, y cuando en la vida ya no queda ni un resquicio donde hurgar en busca de alguna esperanza, donde no es que no se encuentre el rumbo, es donde ni siquiera encuentras un camino en el que caminar y aun menos se sientan las fuerzas que te impulsen a seguir caminando por ese camino, ahora sé, que el suicidio es la única salida. El problema es como cruzar esa puerta de salida, hay que tener mucho valor o que la propia desesperación te empuje hacia la locura y que esta te ejecute.

Me falta poco, apenas unas horas o tal vez, unos días más, solo sé que el fin está próximo. Dejaré el cadáver de Juan ahí, cerca de mí, con un poco de suerte esa pavorosa imagen, el olor de su cuerpo en descomposición y sus inquilinos, esos asquerosos gusanos terminen con la escasa resistencia que ofrece mi cobardía... Buenas noches mi buen Juan...

¡Otra vez ese sueño! ¡Mi muerte...! ¿O era la de una civilización? Es extraño, pero en este sueño no encuentro un sentimiento de alivio, todo lo contrario. Tendido en medio de un cruce de caminos, allí donde miro veo una senda. Me asfixio poco a poco, es casi real, y no hago nada por evitarlo, después llegan dos niños y me miran. No expresan nada, se limitan a observar mi muerte con una cruel indiferencia que me ahoga aun más, al fin muero, Ellos siguen su camino, uno ríe y el otro llora. En la encrucijada de caminos no dudan, prosiguen por el camino principal sin desviarse del mismo, a medida que se alejan van disminuyendo su llanto y su sonrisa, al final solo hablan animadamente de cosas triviales.

miércoles, septiembre 27, 2006

CAPÍTULO 1, SEGUNDO DÍA

24 de mayo del año O "... sois los culpables y pagareis " dicen, no lo sé. La religión ha sido prohibida, la moral y la ley de cualquier Dios están siendo abolidas en todo el planeta. Casi nadie se resiste a la evidencia, solo unos pocos radicales de fe ciega niegan y mueren por ello, víctimas de otros muchos hombres que ahora son animales, constituidos en los ejecutores de sus propios hermanos. En este asqueroso mundo primero y siempre se buscan culpables, mucha más gente morirá cruelmente, yo también moriré. Se están poniendo en duda todos los dogmas de socialización establecidos a lo largo de la historia, lo bueno y lo malo se difuminan más que nunca en el desdibujado "paraíso terrenal" Tan sólo cuentan las motivaciones intrínsecas al animal, el instinto humano hoy más que nunca convertido en bestia. La gente asesina por venganza, violan por necesidades sexuales, roban para poder comer, matan por envidia. Los delitos ya no son delitos, ahora son comportamientos inherentes al género humano, todo vale. Creyéndose liberados de las ataduras impuestas por las religiones, ya no hay otra vida en el más allá, ya no nos queda esa esperanza, ese destino; nadie sopesa en una balanza nuestros actos terrenales, sólo somos pedazos de materia viva destinada a pudrirse en un maldito y húmedo agujero"

Ya deberían estar aquí, como todas las noches. Otra vez aquí escondido, mis músculos no dejan de temblar, mientras el rechineo de mis dientes emiten un desagradable chirrido que me pone la piel de gallina, es el efecto físico del miedo, ya casi no lo recordaba y no me desagrada; conozco mi destino y mas aun se lo que hay después, la "nada". Aquí permaneceré, acompañado de este continuo llanto incontrolado, es el lloro por inercia del niño con esa rabieta incomprendida, esa que nadie entiende ni comprende, ni siquiera el mismo ¿Por qué te has ido maldito? ¿Por qué ya no estas? No hay respuesta porque ya sobran todas esas preguntas inexplicables, solo me queda esperar entretenido en limpiarme los cientos de lágrimas que van cayendo desde que hicieran publicas sus investigaciones.

Tal vez hoy no vengan, creo que después de todo este edificio les sigue amedrentando. El pueblo me falló en muy pocas ocasiones, espero que hoy no lo hagan. Solo ansío un último gesto de caridad cristiana para conmigo. El tormento interior aún no es lo suficientemente agudo para provocar que me suicide, ellos deberán hacerlo por mí. Tal vez sean los pocos restos en ruina de mi educación católica, preservar la vida misma ante todo... ellos deberán hacerlo por mí.

Intentaré dejar en blanco la mente, aguardar el destino en medio de la podredumbre de una habitación, antaño limpia y luminosa, desde que la amable Lucia no viene a limpiar por aquí, esto se ha convertido en una detestable pocilga apestada de ratas y sucia como su habitante. Siempre tuve un comportamiento intransigente con la suciedad, como con otras muchas cosas que de manera corporativista y poco voluntaria me impuse y les impuse. Es tarde para arrepentirse, ahora ya es tarde para todo.

Se escuchan ruidos en el comedor, esta vez son sigilosos, un sudor frió recorre toda mi espina dorsal dando paso a un movimiento espasmódico que me ha hecho incorporar sobre la cama. En medio de este silencio puedo apreciar los jadeos asíncronos de quien puede moverse sin dificultades en la oscuridad de la casa. Esta vez es la definitiva, no quiero conocer la identidad de mi ejecutor, podría ser cualquiera pues todos conocen bien el lugar, cerraré los ojos mientras permanezco inmóvil a la espera de un aliviador desenlace. Date prisa maldito.

Ya está aquí, lo puedo notar al pie de la cama, quieto ante mí, solo su entrecortada respiración denota su presencia. No quiero verlo, no abriré los ojos. Mi ritmo cardiaco aumenta al unísono que la cantidad de sangre bombeada hacia el cerebro, ¡mi cabeza va a estallar! ¡Qué dolor! mis músculos están contraídos, estoy inmovilizado, el dolor es irresistible mis uñas se clavan en las palmas de mis manos desgarrándolas ¿a qué esperas? ¡Acaba ya maldito! No aguanto más esta espera, puedo sentir su mirada clavada en mí, está cargando su arma, ¡vamos, vamos acaba ya¡ .Ahora esta alzando su brazo, dispara y todo habrá terminado.... ¿Qué haces cobarde?, ¡no bajes el arma¡ ¡dispara ya¡, ¡Dios no, se está marchando¡.

- ¡Eh tu no te vayas! ¡Termina lo que has venido a hacer!

Mi desesperación vence al miedo, al fin puedo hablar y mirarle, esta de espaldas y se ha detenido bajo el marco de la puerta, las palabras han sido como una descarga eléctrica provocándole una especie de convulsión, más parece una imagen espectral que un hombre dispuesto a matar. Su brusca respiración se ha tornado en un silencio sobrecogedor aumentando mi ansiedad ¿quién es?

- ¿A que has venido? Llegas aquí y asaltas mi casa para después encañonarme con tu arma y no disparar, los hombres tienen qué ser determinados y firmes ¡No puedes dejar a medías esto! no tendrás que arrepentirte de tus actos ante nadie ¡hazlo sí lo deseas maldito!
- Ha cambiado usted mucho padre, antes siempre decía que no hay que obedecer así como así los deseos, ¡ya sabe! aquello de que la vida esta llena de obstáculos violentos y egoístas, los cuales hay que salvar .Tenéis que luchar y saltar las barreras que él nos pone en el camino; así predicaba usted, ¿Acaso ya no se acuerda?.

¡No lo puedo creer! Se trata de Juan mi fiel Juan, casi no le reconozco, su voz tenía siempre un tonillo alegre, esa manera tan especial que tiene la gente positiva de hablar. Se ha tornado en grave y desagradable, acompasando sus frases con desconsolados llantos. Se ha dado la vuelta y me mira fijamente. Como siempre, espera una respuesta sin darse cuenta que yo ya no las tengo, tendrá que buscarlas por si mismo.

- ¡No me mires así Juan! todo ha cambiado ¿No me ves acaso? ¿Qué soy yo?, yo te diré lo que soy, nada más que uno de los últimos despojos de una civilización moribunda. A pesar de todo, la vida sigue igual para ti, vienes aquí a resolver tus dilemas sin ser consciente de la imposibilidad de tal cosa, tú eres el que elige a partir de ahora y debes aprender a vivir de esta forma. Lo siento Juan yo ya no puedo adaptarme a la nueva realidad, me siento incapaz de desprenderme del pasado así como así.
- ¿Qué quiere que haga? ¡Maldita sea para mi tampoco es fácil hacerlo! me esfuerzo en ver las cosas como las ven ellos, pero lo que esta mal a mi me sigue pareciendo mal. Usted me inculcó todo aquello muy bien, toda una vida confiando en usted y en su palabra, me debería haber preparado mejor. Como usted me dijo siempre, "Juan razona las cosas" he razonado y he venido a terminar con mi pasado, ahora me doy cuenta que he escogido el camino equivocado...

No lo hará, es absurdo pensar en él como en un vulgar asesino; en la vida hizo daño a una mosca. Ahí está, inmóvil y vacío, mientras absorto, observa reflejado en mí el transcurrir de un pasado inexorable, del cual se arrepiente. Ya no lleva el arma, solo la sostiene.

- ¡Maldita sea Juan! ¿Qué he de hacer para que me hagas este último favor? no lo hagas por ti hazlo por mi, solo debes apuntarme y disparar, ¿No puedes hacerlo?, no pienses en el mal y en el bien ¡Ejecuta los mandatos de tu conciencia! Te he mentido, manejado y educado en una maldita quimera, y para colmo soy un cobarde incapaz de proporcionarte aliento ¿Acaso no me odias? Pues véngate con mi muerte, quiero pagarte... escucha tu conciencia.
- Escucharé mi conciencia, le haré caso por última vez...

domingo, septiembre 24, 2006

CAPITULO 1, PRIMER DÍA

"EL RELIGIOSO"

23 de mayo del año O "... el mundo es un caos, ya no queda nada de lo anterior, ahora todo es nuevo y sucio. El mundo busca su propio destino sin un rumbo definido, las escrituras se están borrando mientras los hombres establecen un nuevo orden mundial, se sienten estafados y hundidos, incluso yo. Cuesta creerlo pero todo ha sido una mentira, una gran mentira impuesta por nosotros mismos hace miles de años. Manejados desde el principio por nuestra propia debilidad, esa necesidad de creer en algo superior nos ha llevado a esta situación, al borde del abismo. Nadie puede hacer nada por nadie, indefensos ante una realidad que no nos debería golpear por sorpresa, tendríamos que haber estado preparados por si acaso, pero no es así. De repente ya no somos animales privilegiados, El ya no está aquí para tendernos su mano cuando la necesitamos, no está porque no existe y ahora el género humano lo sabe. Por encima de todo ha sido una enorme desilusión, y más para mí. Le conocía mejor que nadie, llevaba más de treinta años estudiando una mentira, es triste. Comprendo el actual comportamiento humano yo también soy un ser humano, están casi enajenados y nos persiguen, es lógico".

Otra noche más, otra noche de sufrimiento y pesadilla, tal vez esta noche nadie lance piedras contra las ventanas de la hasta hace unos días casa de Dios. Ahora más que nunca siento el miedo y la desconfianza hacia ellos, me encuentro desamparado ante la misma gente que se dejó guiar por mis palabras, protegido por las sabanas de mi cama, como un niño asustado por el "Coco", ese Coco que no es más que el miedo a la maldad intrínseca de la naturaleza humana. ¡Maldita Sea! ¿A quién me encomiendo yo ahora? ya se les oye llegar, el ruido desordenado de los pasos de unos hombres que claman venganza, una revancha personificada en mi, no opondré resistencia a su voluntad, la voluntad humana.

- ¡Vamos hijo puta sal aquí y predica la palabra de Dios!

Creo que es Tomás el notario, unos de mis mas fervorosos feligreses, enloquecido y defraudado por una vida de continuos sacrificios, encaminada a conquistar el ansiado reino de Dios, esta escalada de locura ha alcanzado a todo el mundo ¿Que va a ser de ellos? lo siento pero ya no puedo hacer nada por sus almas. Seguiré aquí en mi cama, en la ficticia cobija de estas sabanas cada día más sucias, como mi vida, como sus vidas. ¡Dios! ya van de nuevo a escupir su furia contra la casa del Dios caído, cada día son más... Andrés, Ovidio, Marta... están todos, indecisos y desbordados por la impotencia.

- ¡Venga cabronazo de mierda, sal aquí que te vamos hacer tragar toda la mierda que nos has hecho comer durante todos estos años!...
- ¡No hay penitencia para ti, el único pago es tu muerte, el pueblo pide venganza!...
- ¡Mentiroso hijo de puta!

No puedo responderles pues en parte tienen razón, solo quiero que acaben de una vez. Esto dura ya más de tres días y cada noche empeora. ¡Ahí llega un coche!

- ¡Hombre si es Don Antonio! la mano fuerte de la ley. ¿A qué vienes? tu ya no tienes nada que hacer aquí, ¡Lárgate y no te metas en esto!

¡Oh Dios! mi buen Juan, toda la vida ayudándome, mi mejor monaguillo y sobre todo una buena persona. Al menos se que está vivo.

- ¡Venga todo el mundo fuera de aquí! esto se ha terminado, dejar a ese desgraciado, ya ha habido demasiadas muertes en tan pocos días.
- ¡No nos iremos! tu ya no eres la autoridad porque ya no hay leyes en este pueblo. ¡Aquí manda el que más huevos tiene!
- Exacto, la única ley es la que ponen los huevos de mi ametralladora ¿Quién quiere ser el primero, tu Juan o tal vez seas tú Don Tomás? Solo venía a comunicaros la muerte de Don Ernesto, se ha pegado un tiro en la cabeza hará media hora. Nuestro alcalde se ha suicidado.

¿Cuántos más caerán victimas de su propia desilusión? debería salir ahí fuera y consolarlos pero me siento incapaz, como ha dicho Don Antonio soy un pobre desgraciado, aún mas que ellos. Sin la fuerza de la palabra de Dios no soy nada, no tengo argumentos, nada que decir, nunca pensé lo verdaderamente cobarde que soy desnudo ante ellos. Se han callado, solo se oyen sus pasos alejándose y ... ¿qué es eso? están llorando, gimen ante la evidencia de su situación, a Don Ernesto se le quería en este pueblo, otro buen hombre, a lo peor ya no hay sitio en el mundo para los buenos hombres. Debo dormir, no quiero sentir, no quiero vivir, el penoso estado de mi conciencia me está torturando, es mi deteriorado estado anímico, siento sus primeros impulsos autodestructivos, no como ni bebo, yo también estoy al borde del suicidio

viernes, septiembre 22, 2006

IntroducSión al invento.

Hola a todo el mundo mundial, espero que seais cientos de miles... que digo cientos de miles?!cientos de millones los que podais leer este bloQ y disfrutar de la mas depurada, sutil y gracil prosa castellana, fuera coñas, espero que esta idea os guste, por encima de la novela me molaría que la gente participara enviando comentarios e ideas sobre el tema que trato, como dije en la cabecera del blog este texto es un escrito inacabado que empecé allá por los años.... bueno hace un mogollón de años cuando era casi imberbe, cuando mi inocencia me embargaba y cuando mis emociones vivían en un "Mundo felíz"; el caso es que siempre desee terminarlo y si no lo hice fue porque nunca tuve claro como finiquitarlo, aun sigo con muchas dudas y mas de un tercio de la historia está por decidir, ahí es cuando entrais vosotros, adorables y resignados lectores ¡¡¡Os pido encarecidamente vuestra colaboración para ello!!! espero ansioso vuestros comentarios según se vaya desarrollando el intrínculis de la historia. Algunos de vosotros ya conocereis la temática pero la mayoría no, he pensado solo dar algunas pistas de la trama para que cada uno vaya sacando sus conclusiones y darle un poco mas de emoción a este sesudo escrito. ANTE TODO RECALCAR QUE ES UNA HISTORIA DE FICCIÓN, es decir que nadie se lleve las manos a la cabeza, ni me excomulgue ni nada por el estilo; si bien en todo lo que se escribe creo que hay parte de la personalidad del autor, solo quiero plantear un escenario ficticio atemporal, eso sí ubicado en un pueblo español (que es lo que conozco mayormente) donde se plantea una situación FICTICIA, con unas consecuencias poco predecibles y un desenlace aun por determinar. Por último pedir también vuestra colaboración, a aquellos que como yo hacen de un lapiz y unos colorines una manera de vivir, unos por trabajo y otros por afición, unos con una mayor calidad técnica y otros con menos, pero todos válidos; como expliqué en la introducción esto fue ideado como un guión para un comic, a veces las ideas crecen y crecen, luego se convirtió en un escrito pensado para una novela gráfica, al final resultó una novela ilustrada.... el problema es que nunca fue dibujada, ni abocetada ni nada por el estilo. Porque jamás la escribí pensando en mis limitadas malas artes dibujeriles, así que si os animais aquí teneis un tema sobre el que explayaros, dibujo que llegue dibujo que publicaré en el capítulo al que corresponda dicho dibujo, sin tener en cuenta limitaciones técnicas, de estilo o de calidad, TODO será colgado en este blog, da igual que sea un dibujo currado, un boceto o un garabato, todo lo que os sugiera el escrito tendrá cabida aquí. Pues nada más, como de costumbre me enrollo como las persianas pero quería explicar este chisme correctamente antes de comenzar a publicar los capítulos. Espero que os guste!!!! y si no pues bueno, así sereis un poco mas conscientes de lo que se me va la olla habitualmente. SALUDOS A TODOSSSSS!!!!
Ayss se me olvidaba el escrito se llama "Historias del año cero" y empezaré a colgar capítulos a partir de domingo día 23 o lunes 24.