lunes, diciembre 18, 2006

CAPÍTULO 2 6ª parte

- ¡Hombre si ya han llegado los insignes secuaces de esa zorra! ¿Qué habéis venido a hacer aquí? ¿Quién se ha desmadrado ahora?
- ¡Calla borracho, sino quieres acompañarnos!
- ¡Podéis tocarme todos los cojones, pandilla de jilipoyas!
- ¡Simón te la estás jugando!
- ¿De qué demonios hablas? ¿Con quién? ¿Contigo? ¡No me hagas reír! ¡Parecéis soldaditos de plomo del Vaticano con esas pintillas que os ha puesto la ramera esa! ¿Queréis un poco de cerveza? ¿O es qué también os está prohibido beber?
- ¡Te voy a cortar el cuello como un cerdo, sino te callas ahora mismo!
- Eso, eso si qué lo sabéis hacer bien! No sois nada más que una pandilla de asesinos ¡He dicho que bebáis conmigo, hostias!
-¡Ya las has cagado mamón! ¡Te voy a....
- ¡Para desgraciado, Carmen nos machacaría si le matamos!
- ¿Lo veis? Solo sois unos pobres desgraciados a su servicio ¡Qué bebáis conmigo joder!
- Será hijo puta...
- ¡Ya me he cansado!, meterle una buena somanta de ostias, así se le pasará la borrachera. Luego lo echáis a la fuente... no os paséis ...¿Y vosotros que ostias miráis?
.........
-¡Ahhg, como me duele todo!
- Es normal, esos animales le han golpeado con saña.
- ¿Dónde estoy? Esto no me es familiar ¡Mi pierna, creo que me han roto el fémur!
- Está en la antigua casa de Manuel el electricista, ahora vivo yo aquí.
- ¿Y usted quién es? No me diga que es uno de esos buitres de la ciudad.
- De la ciudad si, pero lo de buitre lo podríamos discutir, creo que puedo ayudar.
- Dios mi pierna, es como si me clavaran agujas en ella. Buitres e imbéciles buscando en el pueblo eso que dicen “la verdad”
- Mas o menos, pero no se esfuerce, ahora debe descansar...
- ¡Déjeme en paz! Preocúpese por usted ¿Por qué me ha recogido? Esto no le traerá nada más que problemas.
- Bueno, en la plaza nadie hizo nada por usted, me dio verdadera pena verle en este estado. Además para ser sinceros, creo que usted tiene respuestas a algunas preguntas que no he dejado de hacerme desde que llegué aquí.
- ¡Acabáramos! Ya me extrañaba encontrar a alguien piadoso en estos tiempos, usted como todos tiene sus intereses.
- En cierto modo sí, como todo el mundo.
- No sé qué hacen aquí, han llegado al sitio equivocado en la época equivocada.
- Tal vez, necesito que me hable de Carmen, debo saber más de esa mujer, eso es todo.
- ¿De Carmen? Yo no hablo de esos temas, no me interesa ni en lo más mínimo.
- No le creo, en la tasca nadie lo diría.
- Me gusta meterme con esos imbéciles, eso es todo. ¿Me puede dar un poco de agua? Llevo una resaca de mil demonios.

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