martes, enero 09, 2007

CAPÍTULO 3, 6ª parte

- ¿La gente sabe qué es el diario del cura?
- Si claro, pero nadie, o casi nadie sabía que él escribía en un diario. Ella lo presentó como eso, como el “Legado” dijo que lo había escrito para todos nosotros antes de morir. Yo conocía su existencia hace muchos años. Hablábamos mucho él y yo, a pesar de nuestras diferencias siempre tuvimos una relación cordial, siempre charlamos sobre temas teológicos, lo mejor de todo es que él siempre buscó nexos entre creyentes y no creyentes, él decía que sin tener certeza todos creíamos en lo mismo.
- Es un buen enfoque, ¿Qué le perdió?
- La verdad, creo que como todos perdió lo que él creía ser su destino, eso es lo peor. Es como yo, en cierto modo he perdido una razón para vivir, ¿Por qué cree que me llaman el ateo? Fui beligerante con los temas de fe, confieso que me divertía ver como muchos perdían los papeles defendiendo algo tan difuso como la “fe”.
- De todas formas, no puedo creer que esa mujer lo esté haciendo tan mal, la gente parece... ¿Calmada?
- No se confunda amigo, es pura apariencia. Es todo fruto de una especie de alineamiento, es lo mismo de siempre. Ella se aprovecha de esa extraña necesidad innata en todos los mortales de creer en algo o tal vez la mezquina manía de tener que darle un sentido a todas las cosas de la vida. Se les ha dado todo lo que necesitan, símbolos, mártires y algo en lo que creer; todo bien aderezado con su charlatanería y bastante miedo provocan este estado semi adormecido.
- No es nada estúpida, al contrario parece inteligente.
- Y lo es, como le dije una cosa es remodelar y otra construir, ella remodeló unas ideas. Les proporcionó el símbolo que no es otra cosa que el diario de un hombre sabio y desesperado; les dio mártires, que fueron víctimas de la locura colectiva y que murieron sin una sola razón de peso; les ha dado un sentido a sus vidas que no es otra cosa que lo que dice la Biblia cristiana adaptada a los pensamientos del cura y por último después de matarlo con sus propias manos ha santificado al propio cura, otorgándole el papel de un nuevo profeta de la humanidad ¡Total nada!
- Pues lo cierto es que no sé si por casualidad o por méritos propios, pero es una buena estrategia.
- ¿Usted cree? ¿Me está diciendo que es lo mejor que podemos esperar después de las revelaciones?
- No es eso, pero tal vez sea un comienzo.
- A ver señor listillo de ciudad, ella a todo esto no lo denomina religión ni secta ni nada por el estilo, se refiere a ello en términos humanísticos, es decir la figura del cura toma el rol de una especie de filósofo de importancia vital para la convivencia de la humanidad y que se sacrificó por todos nosotros ¿A qué le suena todo esto?
- Ya entiendo, una especie de nueva religión sin llamarle religión.

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